Los perfumes tienen un increíble poder emocional en nosotros. Nuestro cerebro clasifica y almacena cada olor en una especie de “biblioteca olfativa”, dándole códigos de clasificación emocionales: me gusta, no me gusta, me encanta, no puedo soportarlo, peligro… y a su vez se une a un recuerdo: noches de verano, mi abuela, el colegio, aquel novio… Y por último la parte racional, ¿qué es?: es jazmín, es madera, es un bizcocho…

Por eso los olores tienen tanto poder emocional porque, aunque no los sepamos identificar nuestros sentimientos afloran inmediatamente provocando atracción o rechazo. Algunos olores ya están clasificados en nuestro cerebro según nuestras vivencias pasadas, pero también podemos influir en esta clasificación intencionadamente al aplicarnos un aroma cada mañana y decir en voz alta nuestro mantra mientras lo respiramos y sentimos. “Hoy quiero disfrutar del día con tranquilidad” y me perfumo con Nina Manifest Calm Down and Relax Lavanda, conocida por sus propiedades relajantes.

“Estoy echa un lío necesito respirar y encontrar claridad” y mientras me perfumo con Nina Manifest Instant Clarity Almizcle.

Nuestro cerebro clasificará cada fragancia con su mantra y durante todo el día consciente o inconscientemente nos lo recordará.

El sentido del olfato está ligado directamente con al sistema límbico, responsable de nuestro estado de ánimo y nuestras emociones. El ritual Manifest es ponerle intención al día a través de los perfumes según te quieras sentir.